Frances Ha:
I'm not a real person yet.
Movies in Madness número 11.
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En el momento en que escribo esto es martes a la mañana. Al fin está lloviendo en Córdoba y baja (un poco) la temperatura. Vos vas a leerme en el futuro y sabrás mejor que yo cuánto duró ese fresco soñado.
Hace ya 14 días empezó la preventa de mi libro y la ansiedad que todo a su al rededor me genera hace que no deje de resonarme una frase en la cabeza, una frase que cada tanto vuelve y me murmura en la nuca, retumba, hace eco y sale:
"I'm not a real person yet"
La traducción literal sería "todavía no soy una persona real", pero la traducción más correcta, en contexto con la película, podría ser "todavía no soy una persona adulta".
Hablo con mis amigos. Nos pasamos tips de la casa. Consejos sobre un ahorro casi ilusorio para la generación y el contexto socioeconómico que nos toca. Algún comentario sobre algo, ya sobre cualquier cosa. Surgen dudas, todo el tiempo.
Nos sentimos actores, casi como si fingiéramos ser adultos. Hacemos de cuenta que entendemos y vamos viviendo el día a día. Creo que esa es la trampa y el cuento mejor contado.
El de al lado tampoco tiene mucha idea, solo intenta ver qué hacer igual que vos.
La película que dejó esta frase grabada en mi registro mental es Frances Ha, de 2012, y quién la pronuncia es la actriz principal Greta Gerwig. Ya hablé de esta película en una columna de radio a principio del año pasado, pero para mí todo el trabajo de Greta es un abrazo para vivir la vida. No digo una guía porque ya lo establecimos, y ella lo sabe muy bien, el camino era de migajas de pan y ya se las comieron los pajaritos.
Seguramente podamos nombrar miles de películas coming-of-ege o millenial people problem, sobre todo desde que nuestros contemporáneos tuvieron edad para empezar a dirigir. Pero, para mí, Frances Ha es el mejor de los retratos a nuestra generación. Una generación de caminos abiertos, pero mapas embarrados. De infinitas posibilidades y más infinitas preguntas.
Esto con una comprensión implícita del contexto que me alberga: Clase media, ciudades céntricas (mis más grandes círculos relacionales son en AMBA y Córdoba Capital), un país tercermundista, pero bastante globalizado. Una infancia menemista, crisis y brillantina.
El mundo es una carta de un restaurant que no termina nunca y en cada página hay por lo menos uno de nuestros platos preferidos.
***
Un estadio intermedio. Con un avance tecnológico monstruoso (internet) que nos atravesó de muy jóvenes, pero que no nacimos con él. Con una ola feminista arrasadora que llegó para que nos cuestionemos situaciones que ya habíamos llegado a vivir. Ni las cosas tan claras ni los caminos señalizados. Ni opresión ni libertinaje. Todo cuestionamiento. Todo dudas. Todo "oportunidades" en un contexto de suprema crisis (si te egresaste después de 2008, toda tu vida adulta la viviste en recesión, ja).
La protagonista de Frances Ha corre de acá para allá. Espera cobrar un cheque para poder invitar a un amigo a comer. Le suben el alquiler mientras en su trabajo le bajan la paga porque "ya no la necesitan tantas horas". Y en el medio de todo eso es una administrativa con ganas de ser bailarina.
La compañera de cuarto le dice que medio que ya fue soñar, que hay que ser grande. Pareja estable. Trabajo seguro. Y olvidarte de los deseos.
Una solución rápida y acartonada. Una solución que sólo sirve a quiénes se saben mentir muy bien.
***
Volviendo a esta cuestión de no sentirse una persona de verdad, pareciera un eco de lo que otras generaciones nos han pedido.
¿Qué es ser una persona de verdad y por qué la realización viene después de tener un trabajo exitoso o tener específicos bienes materiales? ¿Por qué serías alguien sólo después del título universitario? ¿Quién sos antes de cumplir con estándares ajenos? ¿Nadie? ¿Nada? ¿Aire?
Escribo, por lo menos, desde los 8 años. Desde ese momento al menos es que tengo registros de poemas y canciones propias garabateadas en cuadernos del colegio. Si contamos el punto de partida desde ahí, tardé 18 años en animarme a publicar mis poemas en una red social (este 25 de mayo se cumplen 4 años) y tardé otros 3 más en reconocerme como escritora (la primera vez que lo nombré como un trabajo fue en el registro civil).
Pero ¿Yo no me sabía escritora? ¿O no era algo posible de pronunciar porque no daba dinero? (hasta ahora tampoco da mucho) ¿Sonaba como un chiste superfluo porque no tenía deadline con ninguna editorial? De hecho, tiene una consideración tan paupérrima que en tres facultades inicié la carrera de Letras y en tres me dijeron "acá no se vienen a formar escritores, acá se viene a leer clásicos y poner en parciales lo que nosotros les digamos que significan".
Pero el intersticio que siempre busqué, apareció. Y apareció como un colador con miles de intersticios a sus lados.
He dormido en colectivos y altillos de bares. No tengo un sueldo fijo y cambié varias veces de carrera porque sentía que la academia (cuando quería) me oprimía el corazón. Quizá no sé muy bien cómo ser una persona adulta, pero estoy segura de que alguien soy.
Este es tu guiño, amigo lector. Estamos todos improvisando.